Don Gabriel cuenta que se cortó un dedo hace unos 15 años. Allí aprendió que trabajar con una motosierra es un arte. Y así se lo enseñó a su hijo.

La semana pasada fue contratado en una finca de la zona rural de Ciriaco para talar un árbol de caraca y sacar tablas que servirán para el encofrado de una losa.

Por un día de trabajo junto a su hijo cobran 50 dólares. Otra forma es cobrar 1,25  dólares por tabla.

Su labor inició a las 07h00 y terminó a las 16h00. 

El trabajo implica apuntalar el árbol con sogas, y luego talar con cuidado para que el árbol caiga sin peligro en un lugar seguro.

“La técnica usada, aunque es artesanal, resulta muy precisa”, dijo.

Finalmente su hijo inicia el corte de las tablas.

Chica relato que aprendió esta labor como ayudante en los antiguos aserraderos que hay en el cantón.

Recuerda que tras su accidente decidió enseñarle a su hijo, con quien trabaja cuando lo contratan en cualquier zona rural de Flavio Alfaro. 

La motosierra que usan fue comprada de segunda mano en 500 dólares y con ella han talado cientos de árboles.

Para él las mejores maderas son el laurel, moral, cedro, caracolillo, entre otros.

Ese tipo de árboles sirve como materia prima de muebles, camas y diferentes artículos de madera, indicó Chica.

El aserrador comenta que tiene discapacidad por el corte de su dedo, pero aún no lo acreditan como tal, también tiene quebrada una pierna por una caída y salida la clavícula.

Él tiene siete hijos y varios nietos que viven en su hogar.