Chanalata comenta que esta fisura viene desde antes. “La arreglaron, pero se vuelve a dañar”, explica. 

El terreno a los lados de su casa es una piscina.

Las paredes se han humedecido y teme que su vivienda, en una réplica fuerte, se hunda por la humedad del suelo. 

“Se filtra el agua. Mi piso está mojado, las paredes también se humedecen”, denuncia. 

Asegura ahora último haberle enviado solicitudes a las diferentes autoridades y no ha recibido respuesta a este problema. 

Más adelante, en la misma calle, por la Quinta Laurita hay otro terreno lleno de agua. 

Liliana Barén, vicepresidenta del consejo barrial de la Municipal, indica que desde el terremoto el lugar es un pozo. 

“Soy también presidenta del comité de seguridad y salud del sector y no se puede permitir que un terreno tenga maleza y de paso esté lleno de agua. Es un criadero de zika y dengue. Nos afecta a todos los moradores”, manifiesta. 

Este está ubicado frente a la unidad educativa José Ignacio Mendoza, en la ciudadela. 

Roberto Dávila, coordinador de la Empresa Pública del Agua en Portoviejo, indicó que ya se intervino en este sifón, lo repararon, pero volvió a dañarse. 

“Tenemos dos semanas trabajando, incluso trajimos especialistas, pero a partir del temblor de junio se desacoplaron las tuberías”, explicó. 

Aseguró que se encuentran esperando la propuesta de la compañía Plastigama para el revestimiento de las tuberías y así poder solucionar el problema.