Los comerciantes trabajaban en la calle Chile y sus alrededores, usando triciclos y otros objetos para colocar su mercadería, sin embargo tras el terremoto se vieron en la obligación de migrar.
En un principio se colocaron en la avenida Universitaria, sector del SRI, pero fueron reubicados. Inclusive les colocaron carpas para evitar las afectaciones por el sol.
Según Anchundia, pese a que el lugar está limpio la ausencia de clientes es considerable. En la Chile vendía 150 dólares al día y en la actualidad no pasa de los 50 dólares.
El relato de Gonzalo Acosta es similar. Dice que llegan muy temprano con productos frescos, “pero los clientes no llegan a la cita”.
El comerciante no sabe qué pasa, y por qué pocas personas se animan a comprarles.
“Los clientes deben saber que este lugar es muy seguro”, acota.