Sin embargo, hoy en día existe un problema que es enemigo de un estilo saludable para la vida de toda embarazada y de su hijo.
Tal desorden y trastorno se llama pregorexia, que hace que la mujer en estado no se alimente adecuadamente por su deseo de no subir de peso e incluso hace que mantenga rutinas de ejercicios severas durante la gestación.
Según informa la ginecóloga obstetra Mariana Burgos, la pregorexia “en estos tiempos es un trauma que ataca a las mujeres constantemente. Las más propensas son aquellas que antes del embarazo siempre han buscado tener una figura esbelta o han sufrido de anorexia en la adolescencia y juventud”, informa.
“El embarazo de una mujer es una etapa de cambios en todos los aspectos, especialmente físicos. Uno de los cambios físicos más notorios es el aumento de peso. Cuando una mujer embarazada se obsesiona con su aumento de peso, siente que se ve demasiado gorda y trata de evitar engordarse, allí ya puede haberse desarrollado un desorden alimenticio conocido como pregorexia o anorexia del embarazo”, amplía Burgos.
Añade la profesional que el doctor Carlos Szjnert, obstetra y ginecólogo del Memorial Hospital de Miramar en la Florida (EE.UU.), define la pregorexia como “un trastorno psiquiátrico en el cual la mujer embarazada no está comiendo lo suficiente o, en el caso extremo, llega a tener regímenes de dieta y ejercicio excesivo, severo y extenuante para su cuerpo para no aumentar de peso”.
Cómo tratarla y los efectos. Manifiesta Burgos que la pregorexia como tal sí tiene cura.
“Va acompañada de un tratamiento psicológico o psiquiátrico, porque es allí cuando la paciente aprende a entender que no puede quitarle a su bebé el buen desarrollo a causa de las dietas o ejercicios”, sostiene.
Alerta además que las mujeres que hacen caso a este trastorno (pregorexia) y no buscan ayuda, “no solo exponen la vida de su bebé, sino que son propensas a adquirir otros problemas que afectan su salud como: la desnutrición (tanto en ella como en el bebé que nacerá), problemas cardiovasculares y digestivos, anemia, muerte fetal intrauterina, falta de calcio en los huesos, baja producción de leche materna, alteraciones hormonales, pérdida excesiva del cabello y piel seca”, recalca.
En casos mayores sostiene “que los bebés de madres pregorexicas pueden venir al mundo con defectos en la formación del sistema nervioso y malformaciones”, finaliza Mariana Burgos.