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Pedernales
Evelyn tiene 11 años y sobrevivió bajo los escombros de un edificio

A sus once años Evelyn sabe lo que es el horror. Un edificio de cinco pisos se desplomó con ella dentro y sobrevivió para contarlo.

Martes 12 Julio 2016 | 08:00

70 días después del terremoto, Evelyn B. habla poco, prefiere estar abrazada a su mamá Jenny Valencia, quien retoma el diálogo por ella. La niña estaba en el hotel Chimborazo, frente al Municipio de Pedernales, cuando inició el sismo. La estructura se vino abajo en cuestión de segundos. Ella jugaba junto a Erick, un niño de cuatro años con quien eventualmente pasaba en el hotel ya que su mamá trabajaba allí.  Ese día la mamá había salido a las 17h30, pero Evelyn se quedó con Erick.

El terremoto no dio tiempo a casi nada, seis personas, entre ellas los dueños, fallecieron, pues el hotel La Elegancia se cayó al mismo lado del Chimborazo haciendo una fusión de terror que aplastó todas las esperanzas.
Nadie creía que hubiera sobrevivientes tras el desastre,  pues toneladas de vigas y concreto sepultaron todo. 
El polvo que se generó no dejaba ver nada. Cuando nadie creía en la vida aparecieron unos perros cuyos olfatos salvadores sintieron el hálito de vida de Evelyn; los canes llegaron cerca de ella moviendo sus colas desaforadamente y ladrando, con ello empezó el rescate que fue muy difícil por cuanto la niña no se podía mover, sin embargo horas después la sacaron y la derivaron hasta un hospital de Santo Domingo de los Tsáchilas, allí le confirmaron que Erick, su amiguito, había muerto. La noticia la entristeció, pero el dolor que tenía en las piernas y cintura la volvía hacia su propia tragedia. Luego de varios días le dieron el alta.
Vuelve. Ahora ella intenta reintegrarse a lo cotidiano, a como era su inocente vida antes del sismo fatal. 
En su casa ubicada en el humilde barrio La Huecada de Pedernales, llamado así por la forma geográfica del sector, donde las viviendas de caña y madera desafían el cerro irregular, Evelyn junto a sus ocho hermanos intenta, con juegos, distraer a la calamidad. 
No es fácil, dice su mamá, viuda desde hace cuatro años y ahora sin trabajo ante el desastre del Chimborazo, donde laboraba ganando el sueldo básico. Señala que la niña ante cualquier movimiento se asusta y empieza a mirar los cables de electricidad, cree que el mundo se viene abajo otra vez, además solo quiere dormir con ella. 
Las ganas de hablar se le han reducido y casi hay que adivinar sus gestos o su mirada.
El reinicio de las clases en la unidad educativa Ciudad de Pedernales le ha ayudado para restablecerse de a poco,  señalan sus allegados. Asiste al sexto año básico, allí se ha encontrado con sus compañeros y se alegra de que muchos hayan sobrevivido.
Además del impacto emocional que le generó el sismo,  también tiene problemas en una pierna que se notan al caminar, las vigas de cemento le dejaron heridas notorias y ahora hace terapia en el subcentro de salud de Pedernales, sin embargo les falta dinero para comprar medicina.
Aseguran que los primeros días llegaron varias raciones alimenticias las cuales han ido dosificando para alimentarse en estos días duros, cuando ya nadie les da nada.
Un hermano de Jenny es quien los ayuda en otros gastos, pues sin trabajo la madre y en definitiva sin dinero la recuperación de Evelyn es muy complicada.
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