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Manta
El terremoto destruyó algunos vehículos en Manta

En el patio de Freddy Cevallos hay un montículo de hierros retorcidos que antes eran parte de una camioneta doble cabina.

Domingo 10 Julio 2016 | 10:39

De lejos nadie creería que toda esa chatarra fue minutos antes del terremoto un vehículo. 

El carro estuvo estacionado en la avenida 4 de Noviembre y vía de ingreso al barrio Santa Clara, frente a la distribuidora de Coca Cola en Manta.
El sismo de 7,8 grados provocó la caída de un edificio de cuatro pisos y aplastó la camioneta. 
Cevallos recuerda que en el interior del carro había tres personas que murieron. Los cuerpos fueron retirados de entre los hierros retorcidos, y hoy la camioneta, o lo que queda de ella, continúa en el terreno donde estaba el mismo edificio que la destrozó. Nadie la retira. 
El dueño era de Guayaquil y fue uno de los que murió dentro del vehículo. 
Cevallos conoce que los familiares de la víctima están tramitando ante una aseguradora la póliza de la camioneta, pero mientras esto no se resuelva los restos del carro seguirán en el patio. 
En Manta hubo vehículos que el 16 de abril quedaron destruidos y otros parcialmente golpeados. Algunos sepultados tras el colapso de edificaciones, y varios afectados por escombros.
El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) conoce de algunos casos, pero no tiene un registro oficial sobre el número de vehículos afectados por el terremoto. Lo mismo ocurre en la Dirección Municipal de Tránsito (DMT), donde no hay cifras. 
Donde sí se manejan estadísticas parciales es en las aseguradoras de la ciudad, porque atendieron varios de estos casos, pero de tres que se visitaron ninguna brindó información al respecto.  
Al día siguiente del sismo, un equipo periodístico recorrió la ciudad y captó en imágenes cerca de 15 carros aplastados.   
Otras historias de carros. Esa noche de la tragedia la mayoría de carros destruidos permanecía estacionados y sin pasajeros. Este es el único dato que reporta el COE de Manta. 
Dos de ellos, por ejemplo, estaban en el barrio El Mirador, de la parroquia Los Esteros, donde otra edificación de tres plantas colapsó y parte de las losas cayeron sobre los autos. 
Ambos quedaron destruidos, pero solo uno tenía una póliza de seguro, informó Walter Quijije. Él es morador del sector y familiar de la persona que espera recibir el nuevo vehículo. 
Según Quijije, han realizado un “montón” de trámites para lograr que la aseguradora pague un nuevo auto. 
En la empresa Seguros Constitución se explica que un vehículo debe tener  el 70 % de daños para declararlo en “pérdida total” y así  cancelar al propietario el valor del seguro adquirido. Cuando el porcentaje de daños es menor, la aseguradora paga por reparaciones.   
A Salvador Chiriboga le estaban ofreciendo un seguro para su vehículo antes del terremoto, pero no lo aceptó. Es que, dice él, nunca imaginó que la póliza le serviría en algún momento. Su auto era del 2006. Estaba estacionado en las afueras del hotel Miami, edificación que se desplomó y aplastó el carro. 
Actualmente Chiriboga guarda el vehículo destruido en  su vivienda, en la entrada a la ciudadela Divino Niño. Lo está vendiendo en 2.500 dólares. 
Él explica que el automotor sirve para repuestos de otros carros. Ya lo han llamado varios interesados en adquirirlo, pero no lo ha vendido porque no le ofrecen el dinero que él quiere. 
En los talleres. Juan Carlos Delgado es el jefe del taller de la concesionaria Toyota, y cuenta que días después del terremoto reparó tres vehículos que sufrieron daños en el capó, parabrisas y lata, originados por la caída de paredes y postes.  
En esta empresa se aclaró que la reparación de un auto con póliza depende de la aseguradora, y no de la casa comercial donde se adquirió el vehículo. 
La política comercial que aplican estas empresas es que si se adquiere un auto a crédito, se lo hace obligatoriamente con un seguro. Si la compra es al contado, dependerá del dueño contratar la póliza o no.   
Eduardo Paz trabajó en la reparación de un auto al que le cayó una pared en el portamaletas y que, además, rompió el vidrio trasero.
Al carro de Jorge Luis Franco, un Kia Río, le cayeron escombros de su casa. 
Explica él que con la ayuda de familiares sacó el carro de entre los escombros antes de que terminara chatarrizado. 
Indica que el automóvil ya se había pagado y tenía una póliza de seguro. Por eso la aseguradora invierte 10 mil dólares en repararlo. El carro está en el taller, casi listo para volver a las calles.
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