“Vivía donde un familiar, pero la casa tiene daños severos. Aquí estoy más tranquilo”, dijo. 

Él es una de las personas que quiere emprender. 

En su carpa se ha puesto el negocio de recargas a las diferentes compañías móviles. 

“No nos vamos a quedar con las manos cruzadas. Queremos también tener ingresos”, comentó. 

Agregó que aparte de ser emprendedor, trabaja como voluntario del Cuerpo de Bomberos y además ayuda a las fundaciones a entregar y canalizar las ayudas.

Otra de las personas que ha emprendido un negocio es María Espinel, quien se las ingenió para conseguir una hielera y poder comercializar hielo, jugos y helados. 

“La idea es emprender”, comentó. 

También vende esporádicamente empanadas a quienes pasan por el lugar.

Nuevo negocio. Otra de las personas que tiene en mente progresar es Mirian Rezabala. 

Ella junto a Divi Alcívar comenzarán a vender próximamente platos de mollejas asadas y postres de queso de leche a un dólar.

“Estoy desde abril con mi esposo y tres niños albergada en este parque. Queremos ayudar para el sustento diario del hogar. Algo nos ha de quedar con las ventas”, mencionó Rezabala. 

En el mismo lugar hay alrededor de cinco chicas que se encargan de pintar uñas a 3 dólares manicure y seis dólares pedicure. 

Otra persona se ha ingeniado en vender empanadas. 

Albergados. Según los habitantes del lugar, hasta el último censo se contabilizaron 180 familias divididas en siete sectores.  

Cada sector tiene un coordinador. 

Además mantienen reuniones permanentes. 

También reciben ayudas y son partícipes de jornadas médicas. 

Cada miércoles, jueves y viernes llegan hasta el parque Los Jazmines un grupo de estudiantes de Odontología de la Universidad San Gregorio de Portoviejo, quienes se encargan de brindar atención integral en su rama.