Josefina Viteri, exdocente y exestudiante del Eugenio Espejo, manifestó que el acto se lo realizó el pasado 1 de julio para que el plantel educativo no quede en el olvido.

“Qué mejor que hacerlo con lágrimas, nostalgia, reencuentros, ya que esta institución nos formó como personas y nos empujó a la senda del bien y de las buenas costumbres”, dijo Viteri.

Agregó que realizaron un diálogo para que el instituto no cambie su nombre, ya que ha habido esos rumores y mediante esta y otras cruzadas estarán atentos para que la nominación de Eugenio Espejo no sea reemplazada.

El portovejense Raúl Muñoz asistió al acto y dijo sentirse orgulloso porque él también fue formador de maestros, y gracias a eso se alcanzaron muchos logros. 

“Nuestra institución no morirá jamás, quedará impregnada en el corazón de los manabitas que pasaron por las aulas del Eugenio Espejo. Es lindo encontrarse con alumnos que ahora son funcionarios y agradecen el aprendizaje que tuvieron de uno”, detalló.

 

>NOSTALGIA. Ana Giler no pudo contener sus lágrimas al reencontrase con sus amigos docentes, de los cuales muchos fueron sus alumnos y el corazón se le hizo “chiquito”, precisó.

Dijo que la calidad humana de sus alumnos le ayudó mucho, ya que ella no solo enseñó cátedra en el Eugenio Espejo, sino que también aprendió de su alumnado que le enseñó a servir. 

“Me da mucha tristeza saber que esta institución está por desaparecer y eso me apena, porque el Eugenio Espejo es insigne en la enseñanza y formación de maestros del país”, expresó Giler.