Sin embargo, él aclara que no es así. La verdadera historia es que el lunes 20 de abril regresó a su casa caída en pleno centro de Pedernales, la cual estaba a lado de edificios y hoteles derrumbados donde murieron varias personas.

Ingresó muy temprano en la mañana y allí notó que le habían saqueado todo, estaba tan indignado que no notó que las máquinas, sobre todo la retroexcavadora, estaban sacando cuerpos inertes del edificio de al lado. Don Cristóbal seguía en su revisión: se le llevaron el televisor, la nevera, los platos, en fin se llenó de coraje y se encegueció tanto que en vez de salir por la puerta de lo que quedaba de su casa salió por un hueco de la pared que el terremoto había formado. 

Lo ven. El maquinista lo alcanzó a observar y paró la marcha del brazo mecánico, las personas que lo vieron salir por el hueco y con la mano alzada, entre esos varios periodistas, gritaron “un sobreviviente, un sobreviviente” de inmediato la alegría invadió la zona, dos paramédicos lo agarraron de los brazos para llevarlo al hospital, Mero les dijo enojado que no quería ir que lo dejen en paz, entonces uno de los rescatistas consideró que alguna viga metálica le había pegado en la cabeza y que estaba loco. 

Lo agarraron fuerte y ya no le dieron tiempo a nada, lo metieron a una ambulancia y lo llevaron al centro de salud, allí le pusieron sueros y le tomaron la presión que salió elevada por el malestar que había pasado.

Ahora, Don Cristóbal recuerda el hecho y no se le quita el enojo, sobre todo porque dijo lo tuvieron todo el día sin comer y no lo soltaron hasta la noche, cuando ya comprobaron que no tenía mayores problemas de salud y cuando ya en todo Pedernales había volado la noticia de que Don Cristóbal había sido salvado de entre los escombros a los tres días del terremoto.

Como él no salió hasta varios días después, la versión tomó más fuerza, incluso llegó hasta Estados Unidos, donde vive su hija y quien casi se infarta al observar en una cadena internacional de noticias el caso de su padre sobreviviente; entonces llamó a reclamar a su familia por qué horas antes le habían dicho que “su viejo” estaba sin problemas y desde Pedernales le insistieron que no era así, que Cristóbal estaba bien, pero ella no dudó del canal que dio la noticia y emprendió vuelo hasta Ecuador, donde  se esperaba que llegara en estos días porque quería ver a su padre.