Fruto del esfuerzo articulado de varias personas dedicadas a sembrar el arte y la educación, así como la participación institucional de inquietos funcionarios y organizaciones cívicas, la presencia de este nuevo lugar de esparcimiento cultural, sin lugar a dudas ha llegado para llenar un gran vacío. A las primeras áreas abiertas al público, como son la librería, la biblioteca municipal Pedro Elio Cevallos, la exposición temporal “En los tiempos del tren”, la sala de interpretación “Memorias”, la reserva arqueológica, el archivo histórico y la sala documental, se unirán, próximamente, otras como la sala de arte y el auditorio, facilitando, así, complementar las intenciones de brindar mayores oportunidades para otras actividades culturales. Y con el museo en funcionamiento, las gestiones para que el Banco Central continúe con su benéfico aporte deben ser permanentes por parte de la comunidad y sus representantes; pues, a pesar de las buenas intenciones, con las inestabilidades existentes en las funciones burocráticas pueden presentarse dificultades. Lo cierto es que la comunidad empezó a sentir el beneficio de este museo cuya trascendencia y necesidad aumentará con el tiempo, por lo que los portovejenses y manabitas todos deberán esmerarse por mantenerlo siempre en crecimiento, con visitas diarias y aportando a su enriquecimiento con la donación o dación en préstamo de obras antiquísimas que pudieran estar en poder de personas o familias, para que sean exhibidas adecuadamente y que el público pueda deleitarse conociéndolas. Una forma de defender es colaborar.