Parte de las 2.000 personas que tuvieron que abandonar sus viviendas por las explosiones del Tungurahua en los meses de julio y agosto de 2006, esperan en refugios precarios unas nuevas casas, mientras otras han regresado a sus pueblos en la zona de mayor peligro de las faldas del volcán. Mediante un decreto, el presidente Rafael Correa autorizó a la ministra de Vivienda, María de los Ángeles Duarte, para que suscriba un contrato con la compañía Consorcio Proyecto de los Andes para la construcción de las viviendas. Según el comunicado el proyecto beneficiará a los habitantes del sector Penipe en la provincia de Chimborazo. El volcán Tungurahua, de 5.029 metros de altitud y situado unos 180 kilómetros al sur de Quito, empezó su actual proceso eruptivo en 1999 y, desde entonces, ha intercalado periodos de gran actividad con otros de relativa calma. En agosto del año pasado, el volcán Tungurahua registró la mayor explosión a lo largo de los nueve años del proceso eruptivo que ocasionó la evacuación de miles de campesinos de zonas aledañas, la muerte de seis personas y terminó con extensas zonas de cultivos. Según el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, que controla el proceso eruptivo del volcán, mantiene la postura de que la actividad del coloso podría durar meses o años.