Miles de colonos e indígenas de la Amazonia de Ecuador acusan ante la justicia a Texaco de haber contaminado las zonas de selva en que trabajó con el derrame de miles de litros de desechos y productos químicos perjudiciales para la salud y el ambiente. Texaco, que posteriormente fue comprada por la también estadounidense Chevron, defiende sus actividades en la Amazonía de Ecuador y asegura que, tras finalizarlas, hizo una limpieza eficaz de la zona, por lo que rechaza cualquier responsabilidad. Historial deplorable Según Texaco, Petroecuador, que ha sido la operadora exclusiva en los últimos 17 años de los campos petroleros que antes estaban bajo la responsabilidad de la empresa estadounidense, tiene “un historial deplorable de negligencia ambiental”. Para Texaco, la presente situación en la Amazonia es consecuencia “evidente de la operación de Petroecuador” que, a su criterio, “ha ignorado sus obligaciones legales y contractuales, porque debía realizar una remediación, según el acuerdo firmado en 1995 con el gobierno y Texaco”. En un comunicado, Texaco señala que desde el año 2000 se han registrado 882 derrames de petróleo de Petroecuador en la zona Amazónica. Texaco anota que siempre dará la bienvenida a los extranjeros que visiten Ecuador por el caso, porque considera que si los visitantes analizan objetivamente todos los elementos del caso, encontrarán “pruebas irrefutables” de que esa compañía “actuó de manera responsable y condujo un eficaz programa” de reparación ambiental tras concluir su operación en 1990. Se refirió así a la presencia en Ecuador la actriz Daryl Hannah.