Su área de acción se encuentra en Los Cerezos, San Alejo, Fabián Palacios y en viviendas de diferentes familias manabitas, quienes se quedan asombradas por la habilidad que tiene Jhonny Manrique Bravo, quien a sus 27 años de edad, es todo un maestro del realismo.
El retratista urbano se hizo al andar. No terminó sus estudios secundarios y más bien se dedicó a darle rienda suelta a las ideas que se apoderaron de su mente.
Artistas, ángeles, capos de la droga, futbolistas, no hay quien se escape al ojo del artista, quien suele transitar por algún sector y al notar alguna pared solitaria enseguida se imagina uno de sus trabajos allí.
> Oportunidad. Manrique asegura que Dios le dio una segunda oportunidad para vivir, pues estuvo seis años involucrado con las drogas, tiempo en el que tuvo dos infartos. Convivió con el abandono y la soledad, hasta que un día el lazo familiar le hizo entender que ya no podía seguir de esa manera.
“Retomé la pasión hacia los pinceles y comencé a dibujar todo tipo de trabajos. Descubrí la felicidad y me reecontré con el amor de mi familia”, expresó.
> Realidad. “Pincel de Cristo” no cree que su labor es controversial. Así responde a la inquietud del por qué pintó a los capos Pablo Escobar Gaviria y Joaquín “El Chapo” Guzmán, quienes sobresalen en sendos murales en la ciudadela Los Cerezos.
“No podemos ser ajenos a la realidad. Le guste o no a las personas Escobar y ‘El Chapo’ son nombres que no pierden vigencia”, expresó.
Y, según el artista, dicho trabajo es visitado diriamente por muchas personas quienes llegan al sector para tomarse una foto y ponerla en el ‘Face’.
“Pincel de Cristo” admira al escultor y pintor Ivo Uquillas, espera algún día tenerlo entre sus amistades.