Diómedes Moreira, uno de los socios fundadores, indica que la idea básica es servir a los usuarios de la zona rural que llegan a hacer sus compras en la cabecera cantonal, aunque también dan servicios en transportación urbana.

Identificación. Moreira dijo que en la actualidad siete de los socios ya tienen todo en regla, lo que los faculta para tener el vehículo con el distintivo y con la identificación de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), que es la que los autoriza a funcionar legalmente.

El presidente de la compañía, Juan Delgado, dijo que ocho socios adicionales están actualizando algunos documentos finales para pasar a ser parte de la plantilla de camionetas. 

El resto se irá legalizando paulatinamente, básicamente poniendo a punto los vehículos que deben ser avalados por las autoridades competentes, dijo.

José Pico, otro de los socios, indicó que también hacen fletes a otras ciudades de la provincia. 

Cobros. Como recuerdo, recalcó que cuando comenzaron cobraban 70 centavos la distancia mínima y ahora es 1,25 dólares.

En el 2006 un flete hasta Ayacucho costaba cuatro dólares, pero ahora son siete lo que cobran.

Pico reseña que hacer fletes siempre ha sido su actividad y que la tarea la inició cuando tenía 18 años y conducía una camioneta Toyota, modelo 1970.

Uno de los recuerdos nada gratos  se dio hace 17 años. 

Fue atacado por un tipo durante un asalto y las huellas del arma blanca están cicatrizadas en su abdomen. 

Sin embargo, Pico dice seguir en el oficio ya que  considera que esta es una oportunidad para poder trabajar,  y también para las personas que se les complicaba salir de sus viviendas en la zona rural. 

La idea de la compañía tomó más fuerza luego de  que la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) estableciera que en la zona rural sí se puede transportar personas en las cabinas de las camionetas, siempre y cuando no haya exceso de pasajeros.