Shubert Del Salto dijo que es un gusto volver a escuchar las campanadas del reloj, que es parte de la historia de Portoviejo. 

“Ya nos hacía falta ver la hora en la torre, era parte de la costumbre que no queremos perder”, indicó.

Reparación. Karina Bardellini, directora administrativa del GPM, dijo que el reloj volvió a funcionar el 11 de enero luego de ser sometido a reparaciones que estuvieron a cargo de Alfredo Loor, relojero y orfebre que luego de revisarlo dio “esperanzas” de devolverle la vida al aparato que fue inaugurado en 1951 junto con el edificio, propiedad de la Prefectura, y que por su antigüedad es considerado patrimonio por el Ministerio de Cultura.

Bardellini resaltó que fue un proceso que duró meses hasta que Loor asumió el trabajo, contratado por un monto de 7.200 dólares en el que se incluye reparación y mantenimiento por nueve meses.

Anunció que se pintará la torre y la bandera de Ecuador con luces de neón, para devolverle la vistosidad a este ícono de la capital provincial.

“Era una preocupación del GPM pero no encontrábamos la persona que asuma esta tarea por los años que tiene el reloj y porque algunas de sus piezas ya no se las encuentra”, señaló.

Engranaje. Alfredo Loor explicó que buscó en Internet para ver el engranaje del reloj, que es de fabricación alemana. 

“Fue necesario cambiar los seis bocines, mandar a fabricar una pieza en Guayaquil, reconstruir los piñones de la rueda de escape, entre otros trabajos”, manifestó el técnico que diariamente ingresa a la torre para dar el mantenimiento al aparato que desde sus cuatro caras domina la vista de la ciudad, rodeada de colinas.