El lugar es netamente agrícola, según los moradores.
“La agricultura es lo que nos da de comer”, dice Carmen Velázquez, quien tiene 32 años viviendo en el sector Las Palmas, perteneciente a El Rosario.
“Cuando yo llegué a este lugar había cuatro casas, las cosas eran difíciles, no había luz ni agua. Empezamos a cosechar nuestros propios productos y nos tocaba hacer maravillas para salir a la carretera principal”, explicó Velázquez.
En el recinto El Rosario se encuentran sembríos de todo tipo: verde, cacao, café, maíz, piña, entre otros.
El Rosario y otras ocho comunidades plantearán una demanda por años de abandono a las provincias de Manabí y Santo Domingo de los Tsáchilas.
Velázquez dijo que les costó mucho trabajo convertir a El Rosario en lo que es hoy: un pueblo.
“Una vez que nos estabilizamos y que logramos que el recinto fuera reconocido varias empresas compraron propiedades en la zona para hacer sembríos de piña”, añadieron los habitantes.
“Muchos propietarios de fincas sacan sus productos a Santo Domingo y otras ciudades”, explicó Gregoria Zambrano, habitante.
De su lado, Esther Velásquez sostuvo que en el recinto El Rosario existe tranquilidad.
“Aquí solo vive gente trabajadora, gente que se levanta de madrugada para laborar en el campo. Aquí no hay espacio para la delincuencia”, señaló Velásquez.