Zambrano además manifestó que en Manabí no hay un partido con fortaleza que ejerza presión sobre el Gobierno como lo hacen Guayaquil y Quito.
 
¿Manabí debe tener un candidato propio a la presidencia de la República?
Creo que los candidatos surgen en las virtualidades históricas necesarias y coyunturas específicas, al margen de qué localidad o provincia vengan, más bien, es de la personalidad y propuesta que tenga, y si en Manabí hay alguien que contribuya a eso, podría haber un candidato.
Esta persona tiene que tener un diagnóstico de lo que ocurre en el país, para dar una alternativa y propuesta de solución a los conflictos, es lo medular, sea de dónde sea es irrelevante.

¿Qué perfil debería tener este candidato?
Fundamentalmente debe tener claro y conocer lo que ocurre en el país, dar alternativas y soluciones que sean para el beneficio colectivo y no para la vanidad propia.
Tiene que tener propuestas específicas, y que sea carismático para agrupar a la gente alrededor de su figura obedece a cualidades personales, se puede dar sea o no manabita.

¿Se logrará unidad o ésta girará en torno a un tipo de ideología partidista?
En cuanto a la unidad, ésta podría darse en torno a una situación específica y lo que se pueda proyectar de ese país.
Creo que las ideologías son un error, ya que han sobrepuesto su pensamiento a la realidad concreta, hay que hacer un análisis concreto, específico de lo que se tiene al frente y no ideológico. Uno tiene que volverse más práctico cuando ejerce el poder y anteponerlo a la ideología, ésta solo es buena para hacer proselitismo.

¿Si hay un candidato manabita, debe tener el apoyo de un partido nacional que le dé la base o debe crear un nuevo movimiento?
La experiencia histórica demuestra que los partidos políticos entraron en declive, su idea nace en 1978 cuando se exigía la militancia de los partidos para ejercer la actividad política, la cual se derivó en la partidocracia y la concentración de poderes que formaban argollas.
Las personas quisieron romper con eso y salieron de repente personas que no quisieron pertenecer a partidos sino a movimientos, y decir que los partidos puedan formar escenarios, lo veo difícil, y solo se da en países que han madurado políticamente y un ejemplo claro es Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, entre otros.
La realidad es concreta y en estos momentos la gente prefiere movimientos de ideas y de un candidato que los represente.