El tiempo que duraron los trabajos de mantenimiento y reparación de una válvula, que inicialmente había sido calculado entre dos y cinco días, en realidad se limitó a menos de un día, por lo que no hubo necesidad de poner en funcionamiento lo que con buen criterio se programó como una emergencia a enfrentar, porque la situación no llegó a tal y las labores se dieron con la eficiencia esperada a cargo de técnicos especialistas en la materia.

Al parecer el problema no fue complicado, quedando de lado las precauciones tomadas para una larga espera, pues no se sintió el desabastecimiento anunciado como probable, porque ciertamente no lo hubo.

Sin embargo, vale indicar que la preocupación de lo que podría pasar, alertando a la población de lo que debía hacer, ha sido un buen ensayo de prevención ante emergencias futuras generadas por cualquier amenaza.