Odegaard ni siquiera sabía si estaba vivo, pero a través de Facebook encontró a un marroquí llamado Mehdi Mehdiui que se prestó a ayudarla, y juntos localizaron en Canadá a un marroquí que había vivido en Noruega en aquel tiempo y que podría conocer a su padre.

Aquel hombre no solo lo conocía, sino que lo había visto en 2013 en una visita a Rabat y le dijo que ahora vivía en Túnez: se llama Nuredín Boulamfa y está casado con una tunecina.

De nuevo gracias a Facebook, Odegaard ubicó a su padre biológico, le contó quién era y pudo verle la cara en una conversación por skype.

Mehdi Mehdiui quiso dar las gracias a todos quienes contribuyeron a esta búsqueda con final feliz: "Desde Noruega hasta Canadá, desde Marruecos hasta Túnez y al resto del mundo: Therese se puso a llorar y temblar, pero loca de contenta. Pudo hablar con su padre y ahora se siente como un angelito", relató a MWN. EFE