Pintar y rayar los espacios públicos con mensajes y figuras que afecten el entorno visual de un sector, desde este año será sancionado con multas económicas (cinco salarios básicos), sociales y comunitarias, así lo determina la ordenanza que Regula los Espacios Públicos del cantón.
El concejal Raúl Trampuz, promotor de esta ordenanza, indicó que también determina que quienes deseen pintar murales, avisos comerciales y otros en una determinada pared, deben pedir la autorización a la dirección municipal de Patrimonio Cultural.
Control. Trampuz indicó que esta ordenanza principalmente está dirigida a erradicar el abuso de algunos estudiantes y de jóvenes que se identifican con grupos o bandas urbanas, que atentan contra la propiedad privada.
“Hay paredes recién pintadas que amanecen marcadas con aerosoles. Las convierten en pizarras para plasmar emociones y frustraciones que en muchos de los casos están reñidas con la moral o simplemente son rayones sin ningún significado”, agregó. Expresó que este abuso será controlado por la Policía a través de las cámaras de seguridad y con el
apoyo de la comunidad afectada.
AFECTACIONES. En la avenida 35, en cerca de cuatro cuadras no hay pared que no tenga un grafiti. En este sector se ubican tres colegios.
Yolanda Palma, habitante del lugar, dijo que ella tiene más de dos años que no pinta el cerramiento externo de su vivienda por el miedo de que éste sea rayado por los estudiantes.
Jorge Guevara señaló que tuvo que instalar cuatro cámaras de seguridad en su imprenta, para evitar que nuevamente rayen sus paredes.
“En buena hora el municipio va a sancionar este perjuicio”, anotó.
Marisela Mejía, quien habita cerca del colegio Manta, cuenta que también este sector es rayado con los grafitis.
En el Código Integral Penal se señala cárcel de uno a cinco días y 50 horas de trabajo comunitario a quien raye las paredes.