Cristopher Daniel Barreiro también tiene claro su futuro: estudiar Medicina en Cuba.

Los dos son los estudiantes que entre sus 17 compañeros lograron certificarse satisfactoriamente en esta modalidad de estudios especial que homologa su bachillerato con el de todo el mundo y tiene altos y estrictos estándares para completar.

Ambos alumnos contaron que en muchos casos sacrificaron fiestas y diversión por dedicarse de lleno a estudiar: “Fueron a veces noches enteras sin dormir estudiando”, recuerda Camila; “Fue muy duro, pero ahí están los frutos”, dice Cristopher.

El estudiante añade que “no hay trucos ni secretos” para lograr la excelencia en el BI, es sólo esfuerzo y mucha dedicación.

Proceso. Margarita Moreira, directora del BI en el Olmedo, informa sobre las cifras de esta modalidad.

En la primera promoción que salió en el 2011, de todos los que cursaron la modalidad ninguno se diplomó, desde entonces hasta ahora van cinco promociones y suman 82 alumnos que lo cursaron y ocho que obtuvieron el diploma.

La docente explica que el nivel de exigencia es tal, que aunque se tenga buen puntaje por un solo trabajo puede no obtener el diplomado.

Moreira señaló que hay varios colegios en el país que aunque llevan ya varios años en el BI, ningún alumno ha obtenido la certificación que ya en el Olmedo se ha logrado en ocho ocasiones.

Además destacó que los estudiantes que no se diploman, pero cursan esta modalidad, tienen un muy alto rendimiento y destacan a la hora de conseguir por sus propios medios becas en universidades de varios países.

“Tenemos estudiantes del BI, unos diplomados otros no, que han sido aceptados en universidades de Australia, Rusia, Argentina y otros países”, destacó Moreira.

Contingencia. Ayer se realizó un evento donde públicamente se reconoció el logro de los estudiantes y de todos los que cursaron el BI en el Olmedo.

El rector del plantel, Sergio Toala, destacó principalmente el desempeño de los docentes y alumnos en un año donde por la reconstrucción del Colegio Olmedo se han debido trasladar las aulas y su equipamiento a otros locales para allí funcionar. En el caso del Bachillerato Internacional ocupan las instalaciones de la unidad educativa municipal Cristóbal Azúa Robles.

“Este es un logro de ellos y estamos seguros de que nuestros estudiantes nos van a seguir llenando de orgullo”, dijo Toala.