Valeria Macías, una adulto mayor, se quejó ayer al tener que pasar por la acera de la calle Rocafuerte, frente a las oficinas del Distrito de Educación, y encontrarse con la tapa de una alcantarilla semidestruida.
Aseguró que lleva varios meses en las mismas condiciones, y representa un riesgo para los transeúntes, especialmente para aquellos que por algún motivo no van mirando el suelo.