Noemí inhaló gases tóxicos al ingresar a la cisterna de su casa en la cooperativa Mujer Trabajadora.

Cuando la menor estaba en el interior del aljibe se desmayó, por lo que su hermano Washington ingresó para tratar de socorrerla, pero él también se desvaneció. Al ver a sus dos hijos desmayados, Manuel, de 55 años, entró a la cisterna llevando la peor parte. El hombre murió cuando recibía atención médica en un hospital de la localidad.  

La familia desconocía que la cisterna estaba contaminada con gases tóxicos, los cuales fueron provocados, según se explicó, por unas cañas guadúas que habían sido colocadas dentro del aljibe para su construcción.  

Washington sobrevivió, pero su hermana debió ser ingresada al hospital Andrade Marín de Quito, donde a los cinco días dejó de existir.   

Ayer en la mañana Rosa, su hijo Washington y otros familiares decidieron terminar el trabajo que Manuel y Noemí dejaron empezado.

“Hay que limpiar la cisterna, hay que seguir con la vida, Dios nos preparó para la muerte”, indicó la mujer.