Surgió en una de las escuelas del Gobierno Provincial llamada “Polo Carrera” a la edad de cinco años. 

Luego pudo llegar a la escuela Alfaro Moreno, donde estuvo alrededor de tres años y fue elegido como el mejor jugador de Santo Domingo. 

En representación de esta escuela llegó a jugar en el Torneo Internacional de Salinas y en el Campeonato Asoguayas.

Cumplido los 14 años y con pocos recursos, decidió junto a su padre, Emilio Martínez, ir en busca de otros rumbos. 

Llegó a entrenar en las reservas de Barcelona y El Nacional, pero su estadía en los dos grandes no se concretó. 

Fue un amigo quien le dijo que viaje hasta Ambato a probarse en la sub 16 de Mushuc Runa. Allí en una semana de arduos entrenamientos directivos le solicitaron sus documentos personales y respectivos requisitos para ingresarlo a las filas del “ponchito”. 

Confiesa que pasó por incomodidades, porque su anterior escuela no le quería facilitar el pase, pero al final logró recuperar sus documentos y desde ahí empezó su sueño profesional. 

“En la sub 16 terminé toda una temporada, luego pasé a la sub 18 y ya en la segunda temporada me ascendieron al equipo de primera ingresando como juvenil, terminando el campeonato del año pasado”, refirió. 

Sus sueños, asegura Bernardo, es conseguir la titularidad con el equipo ambateño, sobre todo seguir creciendo profesionalmente para ayudar a su familia, quienes son de escasos recursos. 

Su padre y su cuñado son quienes lo han impulsado para que cada día mejore.

Martínez cada vez que tiene días libres acude a visitar a su familia en la parroquia El Esfuerzo.

Al llegar sus vecinos y conocidos lo felicitan y le dan ánimos para que siga creciendo como futbolista.