Reaccionar tarde en el fútbol es letal.
Le pasó a Ecuador en la Copa América, en la que despertó luego de dos partidos. Demasiado tarde para un torneo corto en el que empezar perdiendo es ya tener un pie en el abismo.
La “Tricolor” de Gustavo Quinteros quedó fuera de la Copa América por errores puntuales, no por la idea de juego, no por el estilo, no por la forma, como lo han vociferado algunos detractores de Quinteros.
Ecuador está fuera por un penal que pudo ser evitado, y por 30 minutos de pesadilla contra Bolivia, en la que los centrales y los volantes de contención ecuatoriana durmieron una siesta que ahora cuesta caro.
La “Tricolor” despertó ante México y demostró que tiene potencial. Ese partido hizo callar a algunos pesimistas que ya habían condenado a Ecuador al abismo y a Quinteros a la guillotina.
Ecuador demostró en cancha una nueva cara: verticalidad, presión alta, no esconderse en las bandas, ser profundo con pases que rompen líneas.