Esta argumentación al principio de su mandato “pegó” como respuesta a los escandalosos repartos y latrocinios de algunas de las pésimas administraciones que le precedieron. Pero al presente ha llegado a su fecha de expiración por los innumerables escándalos de corrupción que salpican al correísmo vigente. Así el último, el de la asambleísta correísta, podría ser la punta del ovillo de una gran maraña de corrupción tejida, tal vez (las investigaciones lo dirán), desde las más altas esferas del poder. 

Entonces, ¿a quién le dice el presidente “que nos roben todo menos la esperanza” si son sus funcionarios y dignatarios los que gobiernan? Entre ellos los asambleístas investigados. 

Ministros, subsecretarios y todos sus demás subalternos en innumerables ministerios, secretarías y empresas públicas. No son ya de la llamada “partidocracia”; ¡sorpresa! son oficialistas y afines. 

Preguntémonos, entonces, presidente, lo que ellos podrían interpretar cuando muy sanamente Ud. dice “que nos roben todo menos la esperanza”. Podrían mal interpretarlo y alguno de sus centenares de funcionarios y dignatarios nombrados ejercer el mencionado delito.  

A diario, los ciudadanos de esta nación escuchamos en los pasillos institucionales y en reuniones sociales, en voz baja, de contratos amañados, de testaferrismo, de sobreprecios, de hombres y mujeres del maletín. Por eso la investigación debe ser para todos sus funcionarios y que además se analicen los incrementos patrimoniales de los hermanos, padres, suegros, cuñados, tíos, hijos, socios y empleados, y las diferencias alcanzadas antes y después del cargo. Es que dice el pueblo “nadie roba con escritura pública” y en este país que tiene de todo, también hay maestrías es estos artes y conocimientos ancestrales. 

Entonces valga la recomendación de no repetir más la frase analizada. Porque, si nos roban todo, también nos roban la esperanza, presidente.

Finalmente, Economista-Presidente Ud. Se preguntará ¿y qué tiene que ver todo esto con más impuestos?, bueno seguro que alguno de sus numerosos asesores y colaboradores le trasmitirán estas letras de las cuales soy el único responsable, ¿hasta cuándo más impuesto, presidente? ¿Hasta cuándo?