>el origen. En 1933 en Alemania, Adolf  Hitler -todavía no llegaba la tragedia de la Segunda Guerra Mundial- encargó a Ferdinand Porsche un pequeño automóvil que tuviera una gran difusión, que fuera robusto y pudiera transportar cuatro personas adultas y su equipaje, capaz de alcanzar los 100 Km/h y no consumir más de 7 litros de combustible por cada 100 Km. Otra condición importante fue que su precio no sobrepasara los 1.000 marcos (unos 3.200 dólares en aquella época).

 

>los últimos. Hitler lo bautizó ‘Kdf-Wagen’ (Kraft durch Freude, en español ‘fuerza a través de la alegría’), pero en la fábrica ya le decían ‘Escarabajo’. 

Una de las últimas unidades fabricadas fue obsequiada al papa Juan Pablo II por un grupo de concesionarios de México.