Hoy se continúa con la serie ‘Tradiciones ecuatorianas’, basada en el libro ‘Alza que te han visto’, de Wilman Ordóñez, que señala: “El presente de la música y el baile tradicionales montubios se enfrenta a un proceso de las tres R: reconstrucción, refuncionalidad y representación estética. Varios son los elementos que están ayudando a su recuperación, empoderamiento y participación en la sociedad actual. La globalización, aunque no queramos aceptarla, es uno de ellos. Esto ha movido al guayaquileño y a muchos costeños al autodescubrimiento de sus raíces y sus fases típicas. A sentirse orgulloso de su pasado y memoria histórica. A sentir que son un producto y proceso histórico de la cultura fundacional montubia. A manifestarse orgullosos de esta herencia.
Si bien José de la Cuadra indicaba que nuestro país es un país sin danza (Diario La Prensa, jueves 14 de octubre de 1937), esto evidencia la nula visión o el escaso conocimiento que tienen algunos ecuatorianos al no descubrir si tenemos danzas que nos diferencian y distinguen como ecuatorianos. Ahora, lo contrario a lo que De la Cuadra manifiesta, él no hace distinción de la danza en relación con la diversidad ecuatoriana. Asume que todos danzamos y no es así.
Diferencias. Danza, en el país, todo sujeto que nace, se desarrolla y se reproduce en el contexto sociocultural andino y amazónico. Danzan también las comunidades étnicas Awá, Chachis y Coaquires de las riberas de Esmeraldas. Los costeños en general no danzamos, bailamos. Debieron haber danzado en la Costa nuestros primeros habitantes Chonos, Huancavilcas, y de otras culturas precolombinas, en sucesiones de ritos y ofrendas propios de una danza. La diferencia entre danza y baile está determinada en que la primera pertenece a una comunidad ceremonial, heliolátrica y ritual con características comunes y afines que se piensa en sentido ceremonial. Esta danza es de tradición cultural y se transmite de generación en generación. Sus pasos son monótonos, simples o repetitivos. La danza tiene una función, un tipo de vestuario, una música específica y una coreografía única e inamovible. La comunidad que la representa no tiene un coreógrafo específico, es el mismo pueblo que crea y recrea la danza en sucesivos movimientos circulares o simétricos. Existen danzas de calendario agrícola, para las cosechas, las estaciones o los autodramáticos. Al estudiar las fiestas del Corpus, el Inti Raymi o los solsiticios, nos damos cuenta de la representación, significados, signos y símbolos que se asumen en ella. En cambio, el baile es una sucesión de pasos y movimientos libres, que giran en torno al libre albedrío de la pareja que lo ejecuta”.
