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Cuenca
Legado cañari

Objetos de uso diario, una tumba de un nativo de 14 años y armas de defensa, son algunas muestras de la cultura cañari.

Martes 23 Junio 2015 | 04:00

Estos elementos se exhiben en el museo del Departamento de Desarrollo Social Intercultural y Comunitario de El Tambo, cantón Cañar. 
Domitila Morocho, indígena delegada para el recorrido, explica que la cultura cañari se desarrolló en tres fases: Narrío, Tacalshapa y Cashaloma. 
En la primera, que comprende de 1.500 a 3.500 a.C. (antes de Cristo), se hicieron piezas en cuencos, recipientes y otros objetos de cerámica con forma de caras de animales, que actualmente son exhibidos en las vitrinas de este museo. 
La guía señala que en esta fase trabajaron el oro y tuvieron un gran perfeccionamiento en la metalurgia, que atrajo a muchos buscadores, por lo que la información es escasa y ha dificultado a los arqueólogos investigar cómo esta cultura llegó a manufacturar los metales. 
Además de ser una etapa dentro de la riqueza alfarera de los cañaris, Narrío también es un cerro que fue un cementerio de la época y un centro de artesanía en cerámica. De allí se deriva el nombre de la fase debido a los hallazgos en este sitio, dice Morocho.
En el área destinada a esta fase dentro del museo los visitantes pueden observar metalúrgica en cobre, oro y bronce en objetos como tupos, que servían para sostener las huashcarinas o rebosos que usa la mujer cañari en su vestimenta. También hay pendientes y cascabeles. 
Además en esta época comienzan, a base de comercio de conchas de spondylus y hojas de coca, a conformarse y desarrollarse grandes señoríos, destacándose precisamente la de cerro Narrío.
En piedra y cerámica. Posteriormente y en las mismas áreas de Narrío, aparece la fase llamada Tacalshapa, que en algunas regiones de Azuay llega hasta la conquista inca y la caracteriza la elaboración de grandiosos objetos de  metal, especialmente en oro (coronas, pectorales y armas). 
La guía señala que en esta fase los cañaris también destacaron por la elaboración de figuras zoomorfas con caras de animales, floreros y cajas funerales. Además se encuentran instrumentos como el pingullo (una pequeña flauta hecha con  huesos de animales como muslos de venado), y la quipa, un caracol que servía para la comunicación de los habitantes, indica Morocho. 
En la sección de esta fase también se exhiben los restos de la osamenta de una persona de 14 años que fue encontrada en el cerro Pinzhul.
Por último, en los años tardíos de Tacalshapa, desde 500 a 1.500 d.C., aparece la etapa denominada Cazhaloma o Cazhaloma de Nar, donde se encontraron por primera vez compoteras (copas), unas con pedestal. Se utiliza la pintura blanca sobre el color natural de la piezas.
Durante el recorrido la indígena cañari Domitila Morocho manifiesta que en esta fase se elaboraron objetos de uso diario como morteros, metates y tinajas, que servían para guardar los granos andinos como trigo, maíz y cebada. Además eran usados para guardar la máchica, en la elaboración de la chicha de jora. 
También se encontraron compoteras, un objeto que se usa hasta la actualidad para rituales funerarios o para la realización de cultos de sanación y purificación.
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