Johnny Chancay, dueño de un almacén de celulares, accesorios de telefonía móvil y más artículos de bazar, ubicado en la avenida 4 de Noviembre, ha protegido su inversión con una pared y puerta de vidrio blindado.
Chancay señaló que este sistema le protege el servicio de recaudación y los equipos de mayor costo, anotó.
Esto porque, según él, su negocio ubicado frente al antiguo cuartel de Policía de Tarqui fue asaltado el año pasado.
También aseguró que en las últimas semanas los delincuentes le arrancaron seis cámaras de seguridad.
A diferencia de Chancay, su vecino Patricio Villacís está pensado en cerrar su negocio de venta de celulares luego de que hace un mes le vaciaron el local, cuyas pérdidas ascenderían a más de 8 mil dólares.
Según él, ha gastado tiempo y dinero gestionando la investigación del robo, de la que hasta ahora no hay resultado por parte de las autoridades competentes, anotó.
Ayer María del Carmen Romero, propietaria de una mueblería, contrató a un técnico para mejorar su sistema de vigilancia interna y externa y así protegerse de los delincuentes. La noche del viernes intentaron abrir una de las bodegas de su almacén.
SE ORGANIZAN. Los dueños de almacenes y de pequeños negocios, que suman más de 500, empezaron desde el lunes a organizarse para demandar una mayor protección y respuesta de las autoridades. Ellos ayer esperaban reunirse con la Policía Judicial, a la que entregarían evidencias grabadas por las cámaras de los negocios.
El coronel Mauro Vargas explicó que los robos se registran en las calles del mercado de Tarqui por la desorganización de los comerciantes. “Los delincuentes se infiltran porque todo está en desorden. Realmente no se sabe quién es quién. Los comerciantes deben estar identificados”, agregó.