A unque el despido de empleados del Municipio de Portoviejo causa dolor y daños a varias personas y familias, es necesario que el municipio continúe en su afán de realizar una reingeniería del personal hasta lograr un grupo humano comprometido con la ciudad y con un trabajo eficiente, ya que es lo que conviene a la mayoría.
El “sobrepeso” de personal en la administración local ha sido uno de los factores que ha dejado al cantón, durante los últimos 20 años, en una especie de parálisis financiera, en donde la mayoría de los recursos se destinan al gasto en lugar de la obra y el servicio.
Esta reingeniería tendrá éxito si Portoviejo muestra, al final de proceso, dos indicadores claves: el porcentaje del presupuesto destinado al gasto (en el caso de Guayaquil, conocido como municipio eficiente es menor al 20%, mientras que el local es superior al 70%) y el no crecimiento del gasto en cifras absolutas, ya que puede darse que por un aumento del presupuesto el primer indicador baje, sin que eso signifique una racionalización.
Así mismo hay que escuchar las voces que denuncian que mientras se despide gente se contrata a otros, en igual o mayor número. La municipalidad debe mostrar las cifras exactas de los despidos y los nuevos contratos. Caso contrario todo el apoyo que la ciudadanía ha brindado al alcalde en este proyecto, no servirá para el real propósito.