“Los fandagos, quizás, como bailes, canciones y juergas, son los que más causaron furor en el Ecuador Colonial, sobre todo en Quito y en Baba (provincia de Los Ríos), donde aparecen registrados (manuscritos) en los archivos de actas del cabildo, en las crónicas de viajeros, y todavía ciertos mayores cuentan las experiencias y peripecias que tuvieron que pasar en estos fandangos considerados por los curas de la época como fiestas del desenfreno y de Satanás.
‘Es fácil imaginar el tedio y la monotonía que imperaban en estos pueblos supersticiosos y beatíficos, cuya distracción fundamental estaba dada por la Iglesia y por los monjes, por las procesiones y el sermón.
QUERÍAN DISTRAERSE. Era natural que alguna gente procurara un poco de liberación y rompiendo lo tradicional buscara alegrías y satisfacciones que, aunque piadosas, fueran la razón de vivir. Y cantantes y danzas sugestivas daban escape a pasiones ardientes de las parejas de esos tiempos’ (Revista Sarance, número 7, Instituto otavaleño de antropología. Pablo Guerrero Gutiérrez: Los fandangos).
El siguiente documento es una transcripción parcial de un juicio dictado y precedido de acusadores y acusados, que se emitió en Guayaquil a solicitud del clérigo del cantón Baba de la provincia Los Ríos, cuando el clímax de un fandango causó resquemor entre los habitantes españoles, la Iglesia, criollos, zambas y mulatas del pueblo montuvio de Baba:
Expediente seguido por el Gobernador de la ciudad de Guayaquil a consecuencia de unas fiestas de toros, comedias y bailes que se celebraron en el pueblo de Baba por el doctor Ignacio Cortázar. Año 1784.
UN ANÁLISIS. El musicólogo Guerrero también observa que el fandango ‘reunía varias piezas con los siguientes parámetros: música popular americana de influjo europeo (criolla); predominio instrumental del arpa como medio de ejecución; función eminentemente coreográfica; coplas cantadas por el instrumentista o por los participantes, cuya observancia debía seguirse en el baile; manifiesta sexualidad en el contenido de las coplas y en el modo de bailar’.
Reconocemos, además, que en la Colonia, ‘con la implantación del habla castellana, se difundieron también refranes, narraciones, romances, coplas y formas cantadas, acompañadas de danzas y bailes propios’.
Empero, ‘ni la tradición nos ofrece un dato seguro para juzgar de allí lo que pudo ser la música durante el gobierno español...
Es posible también que en el desorden de algunos archivos parroquiales de la costa montuvia se encuentren aún juicios relacionados con los fandangos”.