Entre lágrimas y gestos de tristeza, los asistentes al sepelio comentaban anécdotas vividas con Moreira.

 

Resaltaban su sencillez, sus bromas, su amor al trabajo.

El hombre de 36 años de edad, que perdió la vida luego de recibir una descarga eléctrica, fue sepultado pasadas las 16h00 de ayer en el cementerio general de la parroquia Picoazá, adonde fue llevado desde la casa que habitó en la calle Che Guevara, de la ciudadela Briones de la parroquia San Pablo.

Los familiares aseguraron que el hombre deja en orfandad a una niña.

Carmen Moreira, hermana de la víctima, dijo que su ser querido era muy cariñoso con la familia y amigos.

“Era una buena persona, le gustaba bromearse con la gente, era amigable y sobre todo muy humilde”, detalló su hermana. 

Un grupo de amigos ubicó un discomóvil para tocar música fúnebre, mientras el cuerpo recibió velación en la ciudadela Briones.

Wilmer Moreira era el quinto de nueve hermanos, trabajaba como electricista particular y estaba laborando para un ingeniero que tenía contratos con una institución del sector público, indicaron familiares.

el hecho. Moreira perdió la vida mientras estaba trabajando en la repotenciación del sistema eléctrico del cantón Santa Ana, para lo cual se había subido en uno de los postes de la calle Ángel Rafael Álava y 

Macías, según sus compañeros.

La víctima sufrió una descarga eléctrica.

En otro poste estaban dos compañeros de Moreira, quienes también resultaron con heridas tras recibir la corriente.

“La diferencia fue que a nosotros nos llegó con menos fuerza”, explicó uno de ellos.