Rocío Viteri llegó desde Bahía de Caráquez para participar de la misa y el recital en honor a la Virgen. 

Dice que no es la primera vez que acude a venerar a la “Virgencita María Inmaculada”. 

Lo hace todos los años y seguirá incrementando su fe en unión de toda su familia, señaló.

 

 Negocios. En los exteriores decenas de comerciantes ofrecían los afiches con la imagen de la Virgen, entre otros productos. 

Rogelio Machado tiene  más de 10 años acudiendo desde Quito a las fiestas patronales de Tosagua con su negocio, pero argumentó que no tuvo mayores ventas.

En el acceso principal a la ciudad (vía a Chone) y en calles aledañas se ubicaron los tilicheros (minoristas) y juegos mecánicos. 

Para unos las ventas estuvieron bajas y para otros regular.

Quienes sí estuvieron contentos fueron los dueños de mototaxis que ofrecen fletes. 

Ramón Cevallos afirmó que en los últimos tres días se hizo un promedio de entre 40 y 50 dólares diarios.

Romina Montalván refirió que el negocio de los tilicheros mejoró entre el domingo y el lunes. 

“Realmente se esperaba una mejor acogida, tampoco significa que no hayan vendido”, dijo.

“Quizás la economía del cantón no es la mejor”, reflexionó.

 

 Costumbres. De acuerdo a las costumbres, la Virgen solamente es sacada de la iglesia al inicio del quincenario, como se hizo el domingo 23 de noviembre con el pregón desde el sitio El Tambo hasta la iglesia. 

Fueron dos horas de recorrido.   

El último día del quincenario, que fue el lunes, no hubo procesión, sino más bien el recital musical. 

Se trata de la fiesta solemne de La Inmaculada Concepción de María, afirmó el párroco de Tosagua, Manuel Cedeño.