Daniel Enrique Aráuz Sellán, de 84 años, es un maestro ebanista muy querido en el cantón.
Recuerda que en Olmedo antes solo habían seis casas en el centro y que en el casco urbano construyó más de 80 de madera y algunas más en las zonas rurales.
Tiene más de 50 años en esta profesión. Elabora camas, muebles de sala y comedor, en su pequeño taller ubicado a un costado del río Puca. Está casado con Cruz Guerrero, tuvo 23 hijos pero seis de ellos han muerto, menciona con tristeza.
Dos de sus hijos trabajan con él en el taller, han aprendido de sus enseñanzas y son muy buenos en el arte de la ebanistería, recalca. También tiene problemas de visión, hace poco se operó, por eso usa gafas para protegerse mientras cepilla una tabla.
El maestro Aráuz comentó que el apodo de “los papitos” se lo puso don Teodoro Burgos, un personaje muy conocido en Olmedo: cuando se iba a construir un camino y había que hacer una medición siempre llamaban a “los papitos”, recuerda.