Según un comunicado del Ministerio del Interior, en el lugar dos personas que laboraban como custodios fueron retenidos para investigaciones. 

Ambos portaban armas de fuego.

El operativo fue liderado por el jefe de esta Unidad, coronel Omar Paredes, quien explicó que desde este lugar se procesaba 1.5 toneladas, cada 15 días, y que dicha sustancia ilícita era llevada al Puerto de Guayaquil, con el propósito de que llegue por vía marítima al mercado internacional.

El laboratorio contaba con componentes químicos como amoniaco, carbón activado, bicarbonato en grandes cantidades, todos estos servían para elaborar el estupefaciente. 

Las instalaciones tenían además máquinas para sellar, embalar los bloques, caletas situadas bajo tierra; asimismo, láminas de logotipos para identificar las cargas, área de secado, artículos para descanso y aseo personal.

“No era un laboratorio en el que los narcotraficantes permanecían todo el tiempo, sino era utilizado para purificar la droga y luego volvían en otra ocasión cuando lo necesitaban”, agregó Paredes.

Las investigaciones continúan para determinar a quienes proveían el alcaloide, como también la ruta internacional que seguían luego de salir de este sitio rodeado de árboles y maleza.