Solamente en Ferguson hubo 61 arrestos, la mayoría por robos, saqueos y allanamientos, de acuerdo con la información facilitada por un portavoz de la Policía local, Brian Schellman.
Mientras, en San Luis hubo otras 21 detenciones, según el alcalde de la ciudad, Francis Slay.
No hubo heridos ni fallecidos, pero varios negocios fueron saqueados y otros incendiados, al igual que dos vehículos policiales.
La Policía local usó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes y aseguró haber contabilizado más de una decena de disparos en la zona de las protestas. La indignación en Ferguson se desató tras conocerse que Darren Wilson, el policía blanco que mató a Brown, seguirá libre y sin cargos al concluir un gran jurado que no hay pruebas suficientes para imputarlo por la muerte de Brown. El abogado de la familia de Brown, Benjamin Crump, denunció como “completamente injusto” el proceso judicial.