Muchos de sus habitantes, los que han quedado desde que esta zona empezó a surgir, fueron los que tuvieron que sufrir para conseguir el progreso del sector, ubicado en la ciudadela El Paraíso.

Dolores Soto es una de ellas y según cuenta tiene viviendo más de 28 años en el lugar.

Ella asegura que cuando llegó al sitio las casas existentes lucían llenas de monte, incluso sacaban serpientes diariamente.

El sufrimiento era más fuerte cuando debían caminar para movilizarse a otros sitios o encontrar un tanque de gas, eso ocurría hace más de 20 años.

En ese tiempo no contaban con el servicio de transporte, la zona se ubica en una pendiente.

“Para salir a la vía a Quito en aquellos tiempos debíamos caminar bastante y así poder comprar varios enseres”, sostuvo la habitante quien cuenta con una pequeña tienda.

Con esta historia coincide Margarita Morales, quien vive 22 años en El Paraíso. Ella recuerda que antes sólo se alumbraban con velas porque no contaban con el fluido eléctrico.

El motivo, según expresa, es la falta de una buena enseñanza académica y arreglos en algunos lugares de la unidad educativa.

La vecina dice que le ha tocado inscribir a su nieto en aquella institución, porque le resulta difícil salir de allí hacia la ciudad.

“Queremos que las autoridades nos ayuden con una mejor educación para nuestros hijos, la escuela que existe no está en buenas condiciones”, sostiene la madre de familia. 

Espera que sus peticiones sean escuchadas.