Igual desesperanza en el siguiente escaño por el que tiene que pasar la enmienda para consumarse,  la llamada Corte Constitucional, de un comportamiento paralelo al asumido por la Asamblea en temas de reformas constitucionales propuestas por el ejecutivo, la presunción general es que el semáforo permanece solo en luz verde; y si el tema es de eliminar una necesaria consulta popular previa a su determinación, esta de plano y por las mismas causas, con toda seguridad  no se hará.

Ya en la práctica, la pelota siempre estará en la cancha donde se  juega con el arbitraje del Juez Supremo que es el pueblo, y este, en determinadas circunstancias, frente a hechos consumados que limitan su verdadero bienestar y que asfixian su economía, se puede salir del rebaño, y en contraste,  también puede pronunciarse  en mantener el status vigente, es que a la fecha, todo puede suceder. Esto porque  vivimos épocas de cambios que la práctica y ejecución de medidas que ahora pasan casi desapercibidas, en antaño eran consideradas  inaplicables y desestabilizaban gobiernos, así de fácil, por citar unos, cuando en el ejercicio de la Presidencia del Ing.  Febres Cordero se habló del Factoryn petrolero o venta anticipada del crudo, la crítica fue contundente que obligó  a su  archivo de inmediato el tema.

Eran tiempos que el agilitar y recibir créditos en base a garantías con nuestra reserva en oro, le hubiera merecido que el Presidente y todo su gabinete  en pleno concurran al Parlamento para ser interpelados y con toda seguridad, censurados, hoy eso constituye una verdadera genialidad financiera que solo la incapacidad de la partidocracia no pudo aplicar.

De ahí que el verdadero referéndum donde el  pueblo se pronuncie en aceptar todas las enmiendas que se vienen, toda la política centralista en ejecución, vendrá a ser es la opción de reelección del actual mandatario.

Y realmente no solo es la reelección la que estará en consulta.