En este estado las funciones vitales están al mínimo, las defensas bajas y las probabilidades de infección son altas, dice José Cedeño, médico residente de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCE) de la Clínica San Antonio en Portoviejo. “A través de la terapia física pasiva se evita que el músculo se atrofie, y además otro aspecto clave para la recuperación son las terapias respiratorias”, explica este médico.

Secuelas. “El coma es un estado de pérdida de conciencia que a diferencia del sueño es difícil levantar”, dice el médico neurólogo Franklin Meza.

En el área cognitiva, las secuelas que pueden presentarse son alteraciones de las funciones mentales superiores (memoria, juicio, raciocinio, lenguaje, autocrítica), y en el área motora se puede presentar la tetraparesia (debilidad en los miembros) que dificultan la marcha y alteran su motricidad gruesa o fina, señala Meza.

Otra de las secuelas para un paciente tras un problema craneoencefálico grave es la epilepsia, así como también se compromete el sistema nervioso autónomo y los esfínteres vesical y rectal, precisa el especialista.

Pacientes como el famoso expiloto, difícilmente pueden llegar a recuperar la conciencia y quedar como antes, ya que después de un traumatismo craneal severo se interrumpen muchas vías o circuitos cerebrales conocidas como lesiones axonales difusas que hacen imposible tener una buena perfomance mental o motora.

Por lo general estos pacientes quedan confinados a una cama y comunicándose con la familia a través de movimientos oculares o de ciertos símbolos, esto se conoce como estado vegetativo persistente, indica Meza. Sin embargo, en el campo de la salud avanzan las investigaciones, y situaciones complicadas hoy, podrían tener mejor resolución más adelante.