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Este juego es jugando
Este juego es jugando
Por: David Camba

Martes 17 Junio 2014 | 04:00

A rey muerto, rey puesto. Y el moribundo monarca del fútbol mundial está a punto de sufrir una dolorosa estocada final, para seguir ocupando su acostumbrado lugar lejos de la gloria futbolística y dar paso a un flamante campeón.

Campeón cualquiera, menos España, por favor. 
Preferiblemente que la final sea verde amarela y albiceleste. Que la copa se quede en Sudamérica.
Y es que las irritantes ínfulas de furia escarlata debieron un generoso baño de cruda verdad para satisfacción de quienes sentimos a España como la selección menos carismática de este mundial, por decir lo menos. 
Si el mundial se ganara por el blabla marketero o el ciego y obtuso orgullo, España sería campeón vitalicio de la FIFA World Cup. Pero el fútbol es un hermoso juego. Y el juego es jugando, no hablando.
Se habló que España tiene la mejor defensa. 
Que el tiki-taka. Que la mejor liga. Que la escuadra más cara. Que es bi-campeón de Europa. 
Que es el campeón mundial, la mismísima mamá de Tarzán con prueba de ADN en la mano. 
Pero en el juego, aparentemente un mero formalismo para llegar a la final contra Brasil, todo se les derrumbó.
Mi visceral convicción es que Chile, después de afianzarse tras una fácil victoria contra Australia, no verá a ningún cuco este 18 de junio, cuando se enfrente a los ibéricos y les gane el partido con solvencia futbolística y garra. 
Ese duelo de “Las Rojas” será un mini Maracanazo a la chilena. Y chao. Adiosh tío.
Dado que La Naranja endiablada también le ganará a Australia, el partido final de ese grupo será a muerte (o irremediablemente aburrido) para determinar quién jugaría con Brasil en octavos. 
Chile vs Holanda será entretenido.
Será entretenido justamente porque es jugando, sudando, como se llega a la gloria. Y más allá de los horrores y negligencias arbitrales, es el fútbol en sí mismo lo que en última instancia te lleva a ganar o perder. 
Por ejemplo, España tuvo a favor un penal que nunca existió. 
Sin merecerlo, el campeón ganaba cómodamente al “eterno vice-campeón mundial”. 
Pero el fútbol elegante, preciso y a ratos acrobático de Holanda nos regaló manjares de goles y un partido histórico. 
Suena paradójico pero a mi modo de ver, es el mismo fútbol el que reparte justicia, no el juez central o el juez de línea. 
A Dos Santos le negaron dos goles legítimos por gracia del colegiado de línea,
Pero el fútbol abnegado, otra vez, hizo justicia dándole los tres puntos a los aztecas. 
Más allá del blabla de las ruedas de prensa y los farfullantes artículos del “periodismo especializado”, la realidad la pone los 11 contra 11. 
Y eso se debe a que este juego es jugando.
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