Según José Flores, titular de este departamento, los establecimientos de comida tienen hasta 72 horas para ordenarse, es decir no poner hornos ni parrillas en las calles o veredas.
Luego de esta fecha la comisaría procederá a multar.
Quien incumpla la disposición, según la ordenanza, será desalojado y sancionado con multas que van desde el 10% de un salario básico unificado hasta cinco salarios básicos unificados.
Esta decisión, para Manuel Sabando, ciudadano, es la ideal, pues menciona que “ya no estamos en un pueblito. Somos una ciudad y debemos ordenarnos”, dijo.
Para Xiomara Bravo, de la cevichería y parrilladas Paulita, esta ordenanza es difícil de cumplir, pues, al ingresar el asadero al local, el humo afecta al cliente.