Laura Vera, psicóloga educativa,  considera que la música cumple una de las funciones fundamentales en el desarrollo socio afectivo del niño, ya que le ayuda a diferenciar sonidos y le permite mejorar e incrementar sus destrezas, habilidades, la memoria y por último la inteligencia.

Además explica que la música también sirve para la relajación, el aprendizaje y una mejor comprensión de lo que el menor de edad ve a su alrededor.

Por otra parte Belkis Párraga, docente de tercer año de educación básica de la unidad educativa Ensueños de Portoviejo, indica que la educación musical genera en el infante una mayor participación en el aula, y lo ayuda a relacionarse con los demás compañeros de forma espontánea.

Óscar Medranda, maestro de música, considera que para empezar una correcta educación musical se debe analizar el comportamiento, los gustos e inclinaciones que presenta el infante, para poder brindar una asesoría correcta sobre el instrumento musical que debe utilizar.

VIVENCIAS. “La música es mi forma de expresar lo que quiero, siento y necesito. Me permite estar relajada y olvidarme de todo,  me facilita desenvolverme con mayor facilidad en el aula y con  mis compañeros”, indica Pierina Mendoza, integrante de la banda musical “Big Band” de la unidad educativa Santo Tomás .

Para Jhonny Castro, director del área de música de la mencionada institución educativa, los menores de edad descubren con la música un nuevo medio de comunicación y expresión, que les ayuda a fortalecer su autoestima y conocer de manera más rápida sus capacidades.

La educación musical tiene como propósito atender por lo general aspectos intelectuales, éticos, estéticos y físicos del infante, “entre los más destacados tenemos el poder favorecer la coordinación motora, generar creatividad emocional, y la manifestación del sentido musical, que les permite reconocer y diferenciar los sonidos instrumentales”, según Castro.