Y es no es todo. A este problema se une otro: la falta de postes. Los moradores denunciaron que hay cuadras que no cuentan con postes, y aquello se convierte en una oportunidad para los delincuentes que llegan a robar.

Por ejemplo, hace 8 meses un grupo de ladrones interceptó a un hombre para robarle el carro que conducía. Sucedió justo en la calle 310 y avenida 220.

Otro de los delitos que también atemorizan a los habitantes es el robo a mano armada, donde los delincuentes amenazan de muerte a los vecinos mostrándoles armas y cuchillos para robarles sus pertenencias como celulares, carteras y documentos personales. “Aquí vivimos sin luminarias, sin postes, con terrenos baldíos y con escasos operativos preventivos. Pedimos urgentemente ser atendidos”, expresó Letty Gómez.

La habitante sostiene que, pese a no contar con el servicio eléctrico, en la planilla le cobran el alumbrado público.

Ella dijo que los terrenos baldíos también se han convertido en un problema que no sólo afecta la presencia del barrio, sino la salud de sus moradores, porque llegan personas de otros sectores a arrojar  basura y animales muertos.

Es por eso que los moradores también exigen a los dueños de aquellos terrenos que los cerquen, para evitar que los delincuentes se escondan entre los escombros o la maleza.

> Falta de agua.  El morador Ángel Alcívar manifestó que lo bueno del barrio San Ignacio de Loyola es que cuenta con el servicio de agua potable, alcantarillado sanitario y servicio telefónico. 

Él sólo pide a las autoridades que envíen agua de manera más continua. Los moradores esperan que la nueva administración municipal los atienda.