El informe, que fue difundido hoy en Lima por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) del Gobierno peruano, remarcó que el resultado obtenido "es el más exitoso de los últimos 14 años".
Destacó que se ha intervenido en zonas como el valle selvático del Monzón y en el Palcazú-Pichis-Pachitea, que en los últimos años tenía la más alta tasa de crecimiento anual de la extensión ocupada por coca y la salida de sus derivados.
También mencionó el abandono voluntario de cultivos de coca que se está presentando en la zona de La Convención y Lares, en la región sureña de Cuzco, donde en 2013 se abandonó una extensión equivalente al 13,7 % del total que existía en 2012.
El informe también señaló que el 38,5 % de los cultivos de hoja de coca se ubica en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), una amplia zona selvática entre el centro y el sur del país donde aún se desplazan remanentes del grupo terrorista Sendero Luminoso en alianza con el narcotráfico.
El 21,8 % de los cultivos se ubicaron en la zona cuzqueña de La Convención-Lares y el 8,6 % en el Alto Huallaga, que hasta hace pocos años era la principal zona productora de hoja de coca.
El representante de la UNODC para Perú y Ecuador, Flavio Mirella, informó que en el estudio realizado durante 2013 se utilizaron imágenes satelitales "de mucha mayor resolución" y con una cobertura del 80 % del territorio nacional, lo que consideró "un cambio importante que permite la detección de cultivos de una manera mucho más eficaz."