De acuerdo a la información oficial, en ciertas edificaciones se “celebran” cumpleaños. Pero, en realidad, se trata de diversiones programadas que nada tienen de personal o particular, sino un negocio abierto a quien pueda pagar su ingreso.
En una última redada, cerca de seiscientos jóvenes, de entre 15 y 20 años, muchas mujercitas, asistían a una fiesta en casa improvisada como discoteca.
Al incursionar en ésta descubrieron que había “ ....marihuana, alcohol, pastillas estimulantes y preservativos”.
Todo al ritmo de una música estridente que causó molestia en el vecindario, que debió soportar esa situación por varias horas.
Y los funcionarios de menores se asombran porque son varias las ocasiones que han debido realizar la misma acción, sin que se note que exista interés de los padres por ejercer mayor cuidado en el comportamiento de sus hijos.
Entonces, vale un llamado general para que instituciones gubernamentales, educativas y religiosas aúnen esfuerzos para trazar estrategias que ayuden a recordar a los padres su responsabilidad social.