Quienes viven en el lugar por más de 15 años recuerdan que cuando recién llegaron, todo era monte y apenas había una angosta calle por donde transitar.

A medida que fue pasando el tiempo los socios empezaron a construir sus viviendas y habitarlas.

Así de a poco los terrenos montosos se convertían en domicilios.

Actualmente hay al rededor de 4 mil socios entre  El Proletariado y El Nuevo Proletariado, según sus habitantes. 

Las casas y sus residentes aumentaron, pero los beneficios y las obras nunca.

Directivas y representantes gestionaron con diferentes administraciones municipales, la adjudicación de obras pero no lo consiguieron.  

“Nos han ofrecido el sol y las estrellas en campaña, pero luego de elecciones, nunca más los volvemos a ver”, indicaron.

El mal estado de las calles es su principal molestia. 

Tienen parterres y veredas, pero les falta el asfaltado. 

Ellos creen que después de tanto tiempo deberían ser tomados en cuenta para el asfaltado de sus calles.

“Desde la entrada hasta la última etapa, la calle está hecha pedazos; es pura piedra y polvo, cuando llueve es peor porque se hacen charcos”, sostuvieron.

Es por este motivo que los vehículos  se dañan constantemente.

El suministro de agua ha sido un problema de toda la vida para sus moradores, también.

}“Aquí toca sacar agua del cubo y cuando se secan pedir tanqueros. Siempre ha sido así”, afirmaron.