El hasta ahora príncipe de Asturias asumirá ese día la Corona española en sustitución de su padre, Juan Carlos I, quien el lunes anunció la abdicación al trono.

La Mesa, órgano de dirección del Congreso, admitió ayer a trámite el proyecto de ley orgánica que hará efectiva la abdicación de Juan Carlos de Borbón y que será aprobado, primero por el Congreso la semana que viene, y después por el Senado, con toda probabilidad en la víspera de la proclamación, el día 17.

Con este acto  en el Congreso se inicia el trámite parlamentario que culminará con la proclamación de Felipe VI como nuevo rey de España.

JUNTOS.  El rey Juan Carlos y su hijo y sucesor, el príncipe de Asturias, aparecieron ayer juntos en público por primera vez desde que el monarca anunciara su abdicación.

Ambos se mostraron relajados y sonrientes durante una ceremonia militar celebrada en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, cerca de Madrid.

Vestidos con uniformes de capitán general y de teniente coronel del Ejército de Tierra, respectivamente, el rey y el príncipe llegaron a esta localidad, en la que les esperaba un gran número de vecinos y turistas con gritos de “Viva el Rey” además de numerosos periodistas.

LAS INFANTAS. Luego de que el rey Juan Carlos I deje el trono, las infantas Elena y Cristina, hermanas de Felipe, dejarán de formar parte de la familia real. No tendrán actos oficiales y no recibirán la asignación que la Casa del Rey les daba en concepto de gastos de representación (entre otras cosas, para vestuario), en función de las actividades que presidían. 

Según el  Decreto de la  Familia Real estará formada por el “Rey de España, su Augusta Consorte (Letizia Ortiz), sus ascendentes de primer grado, sus descendientes y al Príncipe heredero de la Corona”. Es decir, las hermanas del Príncipe Felipe seguirán siendo infantas, ya que es un título vitalicio, pero no serán miembros de la Familia Real sólo familia del Monarca, reduciéndose, por tanto, sus derechos y obligaciones.

Por tanto, las Infantas Elena y Cristina seguirán siendo duquesa de Lugo y de Palma, respectivamente, pero podrán apartarse de los actos oficiales y dejarán de ser representantes de la Corona como lo han sido hasta ahora.

Mientras que la infanta Elena de España dijo en Quito que antes de que su padre, el rey Juan Carlos, anunciara su decisión de abdicar al trono, ella ya la conocía por razones familiares.