Luis Rezabala, uno de los habitantes, dijo que en los 23 años que tiene residiendo en la zona esa siempre ha sido la característica: polvo en verano y lodo y huecos en el invierno. “Los invito a que vengan cuando llueve, esto se pone intransitable. Frente a mi tienda se han registrado dos accidentes de motos por lo resbaladizo del suelo”, indicó.

De las 12 calles que tiene la ciudadela ninguna está asfaltada. Lo que han recibido es material de mejoramiento hace cuatro meses por parte del Gobierno Provincial de Manabí.

Además del problema de las calles, los vecinos no tienen agua potable permanente, por lo que, según Rezabala, para complementar debe ir hasta un canal de riego de donde toman el líquido para lavar la ropa y realizar otros menesteres del hogar. Para el consumo humano la compran en bidones.

 

REPARACIONES. Ángel Palacio, presidente del Consejo Barrial de la ciudadela, dijo que el problema de la falta de agua es grave y algunas familias deben contratar tanqueros para abastecerse. Señaló que ya se reunieron con Jan Carlo Giler, gerente de la Empresa Pública Municipal de Agua Potable y Alcantarillado, quien les manifestó que el miércoles llegará una brigada para reparar las tuberías que es lo que no permite la entrega constante de agua, pues gran parte de lo que se bombea se pierde por los daños. El trabajo lo realizarán en 4 sectores, señaló.

SERVICIO. Lo que sí ha cambiado en la ciudadela es que ya tiene alcantarillado sanitario. Los vecinos indicaron que ya se instalaron, aunque muchos lo han hecho con recelo luego del infierno que vivieron cuando se habilitó un sistema de alcantarillado que no funcionó.