Antes que el número importa el color. El bus blanco con grandes líneas curvas rojas es de la cooperativa Portoviejo. Un bus blanco decorado con líneas en colores mostaza, fucsia y gris lleva escrito con una preciosista letra manuscrita “Ciudad del Valle” y pertenece la cooperativa de ese nombre. Los buses de la cooperativa Picoazá también son blancos pero en sus costados se lee “Especial” y se adornan con trazos lineales de color rojo y verde.

Los buses “rojos” están numerados del 1 al 5, los de Ciudad del Valle del 1 al 4 y los de Picoazá del 1 al 2. Si uno desea ir al Colegio Uruguay pude tomar la ruta 4 de Ciudad del Valle, pero el mismo número de la Cooperativa Portoviejo puede llevarlo por el estadio.

VARIANTES. También hay rutas del mismo color, del mismo número, pero que cambian en determinados tramos.

Ramón Gorozabel, presidente (e) de la cooperativa Portoviejo, explica que esto ocurre en la ruta tres en un extremo de su trayecto: En una variante, las unidades en la avenida metropolitana Eloy Alfaro ingresan a la ciudadela Bellavista. En otra, siguen por la vía a Manta y alternadamente llegan a la ciudadela San Gregorio (Piñonada) y al sector de San Pedro.

“Yo iba a visitar a una amiga en La Piñonada cuando de pronto el bus se metió por otro lado. Me tocó bajarme y esperar el bus correcto”, cuenta Yolanda Saltos, quien tomó la ruta equivocada.

Gorozabel cuenta con son casos muy aislados. “Siempre el chofer brinda información de la ruta y hay un letrero que lo explica”, señala el transportista.

Milton García, gerente de la cooperativa Ciudad del Valle, cuenta que allí la ruta tres también tiene una variante. En la avenida 15 de Abril, cerca de la embotelladora de Coca Cola, unas unidades toman hacia El Florón y otras siguen al Guabito.  “Han pasado confusiones, pero son casos muy raros”, dice García.

En la cooperativa Picoazá sus rutas 1 y 2 se entienden con facilidad. Isidoro Aray, presidente de este colectivo, explica que no tienen más que una variante mínima al llegar a Picoazá y desde allí, alternadamente llegar a sitios como Milagro e Higuerón.

ALTERNATIVA. Javier Alonzo, quien llegó desde Guayaquil para vivir en Portoviejo hace tres meses, cuenta que le costó aprender el sistema. “En Guayaquil sólo ves el número y listo, con eso ya sabes a donde vas”, dijo el ciudadano.

Raúl Galarza, quien por 10 años estuvo vinculado a la transportación urbana, sugiere una reingeniería técnica e integral del sistema. “Tenemos un mecanismo de movilidad que se ha creado por tradición más que por técnica. Necesitamos un sistema que sea fácil de entender para todos”, señaló.

Propuestas de esta índole se miran con cautela desde las cooperativas señalando que pueden provocar confusión. García, de Ciudad del Valle, cree que “allá vamos” citando ejemplos como Quito, Guayaquil o Cuenca donde se usa otra organización del sistema de buses.